Hacienda de la familia Hernández
Por: Joan M. Ríos Rivera

Según nuestra entrevistada, la Sra. Ana I. Hernández Paraliticci los primeros dueños de esta hacienda fueron Miguel Morell y Rosita Mayol.  Ella heredó la hacienda de su tío Matías Flores Muñoz, como regalo de bodas. El terreno se extendía hasta el sector la Conchita del pueblo de Utuado. Se dedicaron principalmente al tabaco, café, frutos menores y verduras para uso doméstico. Luego pasó a manos  de don Carlos González quién la visitaba para recoger sus frutos. “En 1944 pasó a ser de mi papá, el Dr. Pedro H. Hernández Vales.  Yo tenía catorce años”, contó doña Ana.  Don Pedro reconstruyó la casa que era de dos niveles y toda de madera. Tenía cuatro dormitorios amplios, un baño y por tres de sus lados tenía terrazas. El techo era de cuatro aguas cubierto de zinc. La casa tiene aproximadamente cuatro mil pies cuadrados de superficie, contando  los dos niveles. En los bajos se despalillaba el tabaco y se recolectaba el café.
 
        
      

hacienda
Era un lugar privilegiado por su ubicación cerca del pueblo y por los frutos que se cosechaban.  Fue además un centro de estudio donde Pedro hacia música y estudiaba la teosofía y la masonería. Ella recuerda que había una capilla rodante donde la parroquia San Miguel celebraba la misa. La casa era un centro cultural donde recibían artistas de diferentes áreas de la cultura puertorriqueña. El músico ,Don Pablo Casals, músico, Enrique Arana, pintor y Enrique Laguerre ,escritor, visitaron la hacienda.
La finca tiene una posición importante dentro del marco de la educación. De hecho,  la escuela elemental de Salto Arriba y la Universidad de Puerto Rico en Utuado están dentro de los terrenos que pertenecían a la finca.   Me contó doña Ana que en el año 1950 y durante la Revuelta Nacionalista, en la finca, debido a su extensión y a sus lugares aislados, se usó para realizar ejercicios militares. Se supo que uno de los obreros de la finca murió a consecuencia de estos actos en la plaza de Utuado cuando los aviones estaban ametrallando.
Doña Ana se casó en la hacienda donde ella es ahora la única propietaria. Su deseo es que una entidad desee hacer aquí un centro cultural o un centro de estudio y de investigación sobre la historia utuadeña. 
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