INTRODUCCIÓN NO AL GASODUCTO

El 12 de enero de 2012 El Nuevo Día publicó un artículo bajo el título, “El gasoducto del norte: relato de un natimuerto”. El tan sonado proyecto que solucionaría el problema de los altos costos del petróleo se desvanecía. Millones de dólares se perdieron, pero el pueblo se anotaba un triunfo. La idea de construir un gasoducto para llevar gas natural hacia el norte del país a través de nuestras montañas, destruyendo nuestro entorno, desalojando familias y como si fuera poco, la peligrosidad que este proyecto representaba se esfumaba.

Para ese entonces yo trabajaba en la Universidad de Puerto Rico en Utuado y recuerdo la lucha en contra del gasoducto donde varios de mis colegas participaron defendiendo nuestro patrimonio. Incluso, la idea de que el tubo pasaría muy cerca de donde ubica nuestra biblioteca fue tal vez otra de las preocupaciones del grupo de profesores y profesoras que se unieron a la lucha en contra del proyecto.

Un país como el nuestro, rodeado de agua y con un sol resplandeciente practicamente todo el año podia muy bien buscar fuentes alternas para producir energía eléctrica y dejar la dependencia del petróleo. Agendas escondidas e intereses creados por parte del gobierno de Puerto Rico insistían en la utilización del gas natural.

Todo lo anterior fue lo que me llevó a pedirle a mis estudiantes que se dieran a la tarea de rescatar, a través de la historia oral, las memorias de aquellos/as que estuvieron envueltos/as en esta lucha.

Mi agradecimiento a todas las personas que estuvieron dispuestas a contestar las preguntas de mis estudiantes del curso de historia de Puerto Rico.

Como siempre, a Mercedes Rivera quien se ha convertido en mi cómplice, gracias por tu trabajo como artista gráfico.

Sandra A. Enríquez Seiders

Diciembre 2017

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