Lago Caonillas: una historia sumergida

Por: Joseph Quiñonez

El Lago Caonillas fue construido con el propósito de almacenar agua para el consumo doméstico e industrial, producción de energía y control de inundaciones. Fue una construcción que causó grandes efectos positivos y negativos en la población de este barrio. Para conocer más sobre esta historia recogí las memorias y experiencias compartidas por la Sra. Petra Cruz Ramos quien me las contó con gran entusiasmo.

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Con una sonrisa hermosa comenzó diciendo que esta represa se empezó a construir en el año 1935 y finalizó en 1948. Dijo: “época en la que vivíamos de manera muy distinta”. Nuevamente sonríe al recordar que para ese tiempo tenía 15 años de edad, cuando salía de la escuela con sus padres y compañeros. Comentó que en el poblado de Caonillas Arriba, barrio en el que residía, había pocas casas, iglesias y carreteras y mucha vegetación pero, sobre todo pobreza. De las maestras, monjitas y trabajadores de nuestras escuelas solo algunos poseían carros. Recuerda que muchas familias vivían prácticamente en la orilla de la carretera. Había muchísima gente viviendo en esas condiciones. Nos comenta que la iglesia la Parroquia Monte Carmelo, la cual visitaba con sus padres, estaba ubicada en la “vira”, nombre que se le dio a esa carretera ya que no tenía más salidas. Al comenzar la construcción de la represa, me contó Petra muy entristecida, la iglesia fue afectada grandemente, ya que esta área la tomaron como almacén de herramientas y maquinarias utilizadas por los trabajadores. Petra recalca que la vida en ese lugar no era muy fácil por la inmensa pobreza que había en el pueblo. Muchos vivían de la agricultura, sembraban tabaco, café, caña de azúcar y verduras. No tenían luz en las casas, el agua la buscaban en las quebradas con calabazos y para poder comer utilizaban leña o carbón.

Petra recuerda no haber sido expropiada de su vivienda ya que recientemente se habían trasladado a otra casa. Pero si menciona que algunos compañeros fueron expropiados, pero no recuerda que cantidad de dinero que ofrecía el gobierno por estas propiedades. Aclara que sus fincas no fueron afectadas porque no estaban ubicadas allí. Mi entrevistada contó que su esposo trabajó en estas construcciones. De esta manera fue que su esposo, Antonio Collazo, aprendió mecánica y por supuesto construcción. Trabajaba junto a un señor llamado Manuel Ocasio quien fue su compañero de clases. Su hermano Felipe también trabajo allí, compartía el mismo horario de trabajo, desde las 7 de la mañana a 4 de la tarde. Varias veces trabajaba en las noches. Recuerda que su esposo ganaba un dólar por cada día de trabajo, “suficiente para hacer una compra en esos tiempos” dijo Petra. Emocionada decía que el arroz era muy barato, el azúcar y la mayoría de los alimentos. Su esposo, al llegar a su casa, le contaba anécdotas de su área de trabajo. Uno de los sucesos que recuerda fue cuando un compañero cayó desde unos andamios y murió. Me mencionó que el motivo de esa represa, según le contaba su esposo, era suplir agua al Lago Dos Bocas para que así los generadores suplieran energía a la ciudad. Sonriente comentó sobre la yola que construyó su esposo para utilizarla al finalizar la construcción del lago.

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Luego de haber conversado sobre esta historia, Petra comenzó a contarme otros sucesos de su vida en ese barrio. Recuerda su boda que fue celebrada en la iglesia que hoy día se encuentra bajo el agua, la Capilla Sagrado Corazón. Recordó claramente el nombre del sacerdote que nos casó, el Padre Claro Nol. De esta manera terminó la entrevista, no sin antes agradecerle por sus memorias.     

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