“La Hamaca” como servidumbre de paso
Por: Shaydee M. Otero Sierra

El trabajo especial de historia oral asignado por la Dra. Sandra A. Enríquez Seiders, titulado: Los puentes de Utuado; consiste en escoger algún puente de dicho pueblo e ir a entrevistar a personas que vivan en esa área, cercana al puente escogido. Cabe destacar que no se encuentran muchos datos específicos sobre los puentes de Utuado. Es por eso que se utiliza la historia oral, para  la reconstrucción del pasado mediante testimonios de personas. El puente que escogí para hacer mi investigación fue el puente “La Hamaca”. Ubicado en la carretera 123 del municipio de Utuado, en el barrio Río Abajo, sector “El Verde”. El puente fue construido por primera vez aproximadamente para 1938. 

Mi investigación se basa en las memorias de Walter Ronald González González nombre del entrevistado.  Quiero enfatizar que González me habla del puente según se va acordando de las anécdotas. Por tanto sus historias están llenas de retrospecciones muy valiosas e interesantes y donde se encuentra la mayor importancia de sus memorias. El comienza contándome que…

“…El puente tiene un trasfondo histórico un poco escabroso; porque donde termina el puente es la finca de los (González, Delgado). Primeramente no existía un puente, lo que había era un paso constante de caña por el rio y el camino que viste para bajar al puente tampoco estaba. ¿Tú viste que antes de llegar al puente, hay un negocio abandonado?, pues el camino para llegar al puente primeramente era por la parte de atrás de ese establecimiento.  ¿Viste una casa que está al frente del puente, y que por el lado tiene unas escaleras que dan a “La Hamaca”?. Esas escaleras las hizo mi papá (Miguel González Delgado). El las construyó para darle acceso a “La Hamaca”. Pero, esa casa que está allí, que actualmente la tienen de hospedaje universitario, eso no existía. Primeramente era un colmado que se llamaba “Silver Dólar”. Las personas que venían del otro lado de la montaña cruzaban el río descalzos, cargaban sus zapatos y en el “Silver Dólar” había un hueco en la acera en la que los dejaban guardados. Entonces, de ahí se iban al pueblo con sus zapatos nuevos que también tenían guardados allá. Cuando regresaban, hacían el cambio de calzado nuevamente para cruzar el río, dejaban los zapatos nuevos y se ponían las chanclas o simplemente lo cruzaban descalzos. Es por eso que surge la idea de mi papá  de que las personas para que no tuvieran ese problema con los zapatos, pues les hizo unas escaleras en cemento para bajar; y solamente tuvieran que cruzar un estrecho bien corto para llegar a “La Hamaca” y no se ensuciaran mucho los pies y llegaran directo a la carretera…”

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Cabe destacar que la construcción del puente “La Hamaca” fue por la necesidad que había para esa comunidad llamada “El verde” que no tenía conexión con San José que es la urbanización que da al otro lado del puente, pero que antes de que fuera una urbanización era una finca de caña. Mientras, que en la comunidad “El verde” tenía desarrollado  una finca de tabaco, donde también había cultivos de café, maíz y caña.

Desde ese entonces, Utuado siguió evolucionando y cuando comenzaron a crearse urbanizaciones, en Utuado se empezaron a construir puentes y a la comunidad “El verde” se le asigno uno. Los puentes estaban construidos originalmente en aluminio. Para el 1975 fue la tormenta tropical Eloísa, aunque esta tormenta no se convirtió en huracán, su paso dejo grandes inundaciones en el pueblo de Utuado.

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El puente “La Hamaca” cuando estaba hecho de aluminio, González me cuenta que el puente fue arrancado por un árbol de mangó. Que ese árbol de mangó bajo por el río y que se encajó al puente y debido a la presión del agua junto con las raíces del árbol hizo que se desprendieran todos los alambres junto con el puente. El me dice que actualmente quedan vestigios de una de las vigas del puente de aluminio detrás de la casa de Ana Lidia Quiñones, señora que forma parte de la comunidad “El verde”.  En el transcurso del tiempo volvió a surgir otro huracán y “La Hamaca” se destruyó otra vez pero, ya para ese tiempo estaba construida en madera. Para Hugo “La Hamaca” se vio lastimada y la reconstruyeron nuevamente. Para George el río llenó todo aquel espacio inmenso, de tanta agua que bajó. Suficiente para que “La Hamaca” fuese arrastrada. Es entonces, durante el año 1998 luego del paso del huracán George; cuando la comunidad y el municipio de Utuado se dan a la tarea de reconstruir “La Hamaca” que ya para el 2000 o 2001 se encontraba totalmente rehabilitada. Continúa Walter contándome las historias de la comunidad.

“…Había una familia más abajo del puente de Salto Abajo, que se llamaba la familia Pietri, ubicados en el sector 21 muros. La finca siguiente era la de los Casalduc que ellos quedaban en el mismo medio.  Había otro puente en Río Abajo, pero, el más cercano para ellos era el de nosotros. Pero, por problemas que tenían con mi abuela, Isabel Delgado, que para aquel entonces era bien matriarcal, española, de Tenerife. Pues,  mi abuela tenía unas conductas bien fuertes y se molestó con ellos y nos les permitía el paso por las colindancias. Es por eso que ellos (los Casalduc) optaron por tumbar bambuas y por la parte alta del río, las amarraban con unos cordones y desde allá arriba pasaban las personas. Cambiando un poco el tema, mi abuela era comadrona y leía la baraja y par de cosas más. Entonces  en el puente empezaron a salir historias de fantasmas y veinte mil cosas. Que si por el rio bajaban luces extrañas, entre otras cosas. Esto causó un poquito de miedo y a las vez atractivo para la gente que iba. Decían estas cosas porque mi abuela, pues propiamente cuando las mujeres tenían partos, pues, mi abuela iba a sus casas, o cuando se querían leer la baraja igual. La cuestión es que cuando ella salía de noche caminando por el puente, la gente decía que era un fantasma. Y ese fue el misticismo que cubrió ese puente en aquel momento. Hoy día mucha gente dice que sí han visto, otros dicen que no. Pero, ¡yo te puedo decir que, sí!”, exclamó.

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“La Hamaca” se convirtió en un emblema del barrio; un emblema donde el “Silver Dólar” según González era la parada obligatoria de todo el mundo, porque uno de los puntos o paradas de la guagua pública “La Grande” o “La Blueline” como ellos le llamaban, era en el colmado “Silver Dólar”. Además que ahí llegaba toda la correspondencia de la comunidad. Es por esto que todo el desarrollo de la comunidad giraba en torno a “La Hamaca”.

González: “… según fuimos creciendo, pues, aparecieron las cuatro ruedas (refiriéndose a los automóviles) entonces, se necesitaría un camino para ello. ¿Qué paso con el tiempo?. Hay un negocio actualmente abandonado antes de llegar al puente; que era el negocio de Don Baduino Acevedo, un negocio de pollos. En ese terreno por la parte de atrás, era el camino oficial de “La Hamaca”. Cuando él decide ampliar un poco más el negocio, cierra el camino por la parte de atrás evitando que los “Jeeps” pasaran, al igual que los vehículos de carga de la finca de mi abuela. ¿Qué pasó? Mi abuela con su carácter y demás; vino por sus pantalones y cerró el otro camino que daba para “La Hamaca” y mando a colocar un portón junto con un perro. Queriendo decir: ¡Si tú no me permites tener acceso a mis vehículos por el camino, pues, tú tampoco vas a llegar a tu negocio por mi terreno! Eso fue otro pleito de familia por casi 10 años.

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González abunda diciendo: “ !Ahh! y para la década de los 70’s , época de los hippies, en esos predios del puente se acampaba. El “Silver Dólar” giro, de ser un colmado y paso a ser un Pop. Decorado con mucho “Peace and Love”, luces neón, el techo negro, con una vellonera con brillantes luces, etc. En la evolución el puente; para mí, era más seguro para la década de los 70’ s, que ahora mismo; porque el puente era de aluminio. Los laterales eran en hechos de planchas de “Zinc” y los tablones en aluminio. Que si te caías en el puente no te caías al agua por que estabas totalmente protegido, lado a lado. Porque la estructura estaba bien hecha. Que si no llega a ser por el dichoso árbol de mangó, estuviese allí todavía y hubiese superado los dos huracanes; ya que, la viga soportaba, no se habría caído por el paso del agua, si no por la presión que ejercía el árbol y la tensión que lo rompió. De hecho yo vi ese suceso desde mi casa,  cuando aquel cable se soltó, parecía al sonido de un látigo bien estruendoso. ¡Tipo película!”. Exclamó.

La comunidad de “El Verde” tiene alrededor de 125 familias, que actualmente utilizan el puente para tener acceso a la carretera 123. Lamentablemente por el uso inconsciente de las personas que no viven en el área; ha causado el deterioro de “La Hamaca”. Esto debido a que los visitantes se ponen a brincar en ella, a moverla de lado a lado, etc. Aparte que debido a las lluvias la madera se va dañando y los tablones se van despegando. Cabe destacar que los vecinos de la comunidad muchas veces la han rehabilitado para poder preservarla, porque el gobierno no se ha hecho responsable.

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Actualmente es uno de los puentes más visitados por turistas y estudiantes universitarios. Debido a que es uno de los pocos puentes colgantes que quedan en todo Puerto Rico. Los demás puentes existentes en Puerto Rico,  como el de Tanamá se considera privado y comercial.  Por tanto, pienso que si es uno de los pocos puentes o quizás el único que queda accesible al público en general y principalmente para darle acceso a la comunidad “El verde”; debemos concienciar a las personas a no dañarlo y ayudar a que se siga preservando para las futuras generaciones.

Finalmente admito y tengo en cuenta que el testimonio de Walter es solo un ángulo de lo que pueden ser las historias de ese puente. Estoy segura que cada persona de la comunidad tiene otras historias que contar acerca del puente. Incluso hasta ¡yo! que no soy de Utuado tengo anécdotas en el puente “La Hamaca” del sector “El Verde” en Utuado.

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