La historia del puente del río Tanamá (1929)

Por: Coralis D. Vega López

El puente del río Tanamá, que hoy conocemos, fue construido para el año 1929. El  mismo se encuentra ubicado en la carr. 111 en el km 48. El ingeniero autor del proyecto de construcción lo fue Raúl Lucchetti, el ingeniero de construcción lo fue Emilio Sierra Colon y el contratista Juan Cedrón  Suarez. Este puente fue construido con el propósito de continuar la  carretera 111 en dirección hacia Lares, de esta manera pasando por el barrio Ángeles de Utuado. A este puente no se le ha otorgado un nombre en específico pero, los vecinos le conocen con diferentes nombres. Coloquialmente era conocido como el puente de Pepe Marrero ya que este era el dueño de una ferretería que para aquel entonces era geográficamente la estructura más cercana al puente.  Uno de los nombres más utilizados por los vecinos es el puente de Ángel Pérez, Los vecinos lo llaman de esta forma porque el señor Ángel Pérez, ya fallecido, instaló su hogar al lado del puente y le daba mantenimiento al mismo. Pero el nombre más utilizado es el puente del río Tanamá ya que debajo de la estructura pasa el río Tanamá.

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El señor Ángel Vélez asegura es muy poco lo que las personas del barrio conocen del mismo. Muchos de los vecinos aseguran no conocer nada sobre este, más si aseguran que es un lugar donde han ocurrido muchas desgracias. Los vecinos cuentan las muertes ocurridas en el mismo y me aseguran que si no conozco el área evite entrar al rio. Se dice que bajo el puente hay una piedra que de alguna manera succiona  agua con mucha fuerza y debido a esto han ocurrido varias muertes. Carmen J. Vega, una tía que vive en el área,  asegura que cuando pequeña, alrededor de los 8 años presenció un incidente de estos. Me cuenta que había una familia compartiendo en el mismo, y que un hombre de alrededor de unos cuarentaitantos, se ahogó debido a la piedra. Se cuenta que este hombre era buzo y aun así no logró salvarse. Al igual que esta muerte han habido muchas víctimas como esta.

Las personas del área cuentan que antes las personas, cuando el rio crecía, se paraban en el puente y lanzaban  frascos al rio y luego los subían para sacar unas “pepitas” que según ellos era oro. Mi entrevistado principal, el señor Ángel Vélez, asegura que esto son solo fábulas de los vecinos del lugar. Eso sí, me aseguran los vecinos sin duda alguna, el señor Ángel Pérez, uno de los nombres conocidos del puente, era la persona encargada de hacer estudios en el agua cuando el río crecía.  Para esto el puente tiene una estación para el análisis de agua. En el mismo hay una plataforma en la cual se paraba el señor  Ángel Pérez  para obtener las muestras de agua. En esta plataforma hay una ‘caja’ la cual contiene las siglas USGS, U.S. Geological Survey. En este lugar se medía el nivel del agua y se verificaba los recursos y minerales que el agua traía consigo. Esta estación anteriormente la tenía el gobierno local bajo una agencia de recursos naturales pero, actualmente es operado por una agencia estadounidense.

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Se dice que para la construcción de este puente vivía cerca un hombre muy prestigioso y de mucho caudal llamado Ramón Díaz Román. Tuve el privilegio de poder entrevistar a su nieto, el señor Ángel Díaz Hernández y me contó las historias que le hacia su abuelo sobre el puente. Ángel Díaz me dice que antes de que construyeran el puente para el 1929, que es el que hoy día conocemos, allí su abuelo le había permitido a las tropas norteamericanas construir uno en madera para el 1898 que era utilizado para la comunicación con otros pueblos ya que allí se instalaría un puesto militar. “Los militares querían tener una comunicación directa con otros pueblos y por eso establecieron allí su puesto militar” dijo el señor Ángel Díaz. Me contó una anécdota que su abuelo Hernández le narró en su niñez.  Me dijo que su abuelo fue al puesto militar en busca de trabajo. Tenía alrededor de 16 a 17 años y logró ser mensajero de las tropas.  A el le entregaban unas carpetas selladas las cuales tenía que llevar a pie, ya que su familia no tenía dinero para comprar un caballo, hasta un puesto que tenían en Lares.  También me contó que cuando su abuelo se enteró que construirían una carretera por el centro de la isla, el señor Ramón Díaz no dudó en utilizar toda su influencia para que la misma pasara por las tierras que a el le pertenecían. Para el 1930 el señor Ramón Díaz construyó la primera casa al lado del puente.

Muchos de los vecinos desconocen de la rica historia que tiene ese puente e incluso las tierras en las que habitan hoy día. Durante la elaboración de este trabajo muchos me aseguraron que era un puente sin historia. Hoy día opino lo contrario, es un lugar rico en historia y es impresionante imaginar cómo se movían los vecinos del área para ese entonces. Me intriga pensar en cuantas vidas han pasado por este con diferentes situaciones, necesidades e historias que cn el pasar de los años ya solo son recuerdos perdidos.

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