“Puente La Playita”, nombre dado porque el área donde estaba situado originalmente tenía un panorama parecido a una playa. Según doña Carmen, éste es un puente de varios recuerdos y anécdotas, donde la gente transitaba, se saludaban y cruzaban a lo que ahora es la urbanización Cabrera para buscar ciruelas, jobos y pedazos de caña. Pasaban los peatones, maestros y una mayoría de estudiantes. Desde el puente se podía mirar el río Viví, a donde las señoras del sector Los Pinos y Judea bajaban a lavar la ropa y los muchachos se bañaban. Además, por la playita pasaba María Libertad Gómez con su Tribilín, quien vivía en el barrio Arenas. Carmen también recuerda como sonaban las máquinas al chocar con las piedras mientras trasladaban el puente. Cerca del puente, nos cuenta Carmen, había negocios como el de Carlitos Pagán, el de Vicente Ramos, “Triyos Traper” y “Colmado el Boricua” que ayudaban a los muchachos en los problemas que se metían. La señora Rodríguez se refiere a este puente como uno de recuerdos, tristezas, alegrías y despedidas.