"Eso fue los otros días"

Entrevista a la Sra. María Inés Méndez

Por: José C. Vélez Cardona

Alguna vez te has preguntado, ¿cómo se vivía en los tiempos de antes, cómo tus abuelos vivieron? Te sorprendería cuan diferente era esa época que ni siquiera queda tan atrás en el tiempo, dicho por mi bisabuela "Eso fue los otros días". Personalmente me impactó el ver lo afortunados que somos al nacer en época un poco más cómoda aunque ciertos valores se perdieron con el pasar del tiempo y con la adquisición de ciertos recursos. Sin duda alguna los relatos que escuché en esta entrevista produjeron en mí ciertos sentimientos de admiración por mis ancestros por su ardua lucha por la sobrevivencia. Cosas tan simples como un poco de mal tiempo y aun más sencillo, ponerle nombre a un hijo, era muy distinto en ese entonces. Para darle una idea, en ese tiempo normalmente se le pedía a la comadre llevar a inscribir el hijo de uno, se le daba el nombre pero la comadre al no saber escribir no lo apuntaba y comúnmente se le olvidaban. Al llegar al pueblo le ponía el nombre que a ella la pareciera correcto. Tal fue la historia del hermano de mi abuela que se iba a llamar William pero la comadre le puso Guillermo.

La persona que yo entrevisté fue mi bisabuela, María Inés Méndez o como se le conoce en mi familia "Mama Inés". Yo le pregunté si ella se acordaba de Santa Clara ya que es la más probable, y ella me dijo que si, que se acordaba perfectamente. Pregunté si sabía que había ocurrido durante San Cipríán o San Felipe y ella me dijo que su padre le había contado parte de lo que pasó pero que ella no se acordaba de mucho. Así que decidí entrevistarla de Santa Clara. Comencé la entrevista preguntando cuantos años tenía cuando pasó el huracán y contestó, "cuando eso pasó yo tenía 16 años y dos hijos: Lucy que tenía solo un año y Santo que lo que tenia era dos meses de nacido". A mí me sorprendió escuchar eso ya que mi abuela es Lucy, así que mi abuela vivió Santa Clara cuando solo tenía un año. Le tuve que preguntar como mi abuela que era una niña y su hermano Santo que era aun menor , sobrevivieron ese desastre natural. Ella me miró y con un suspiro me dijo "Lucy, siempre fue una nena fuerte, no me tuve que ocupar mucho de ella, el que yo pensaba que se me iba a morir era Santo pero gracias a Dios me le cuidó y se me salvó por milagro". Lo que instigó la próxima pregunta ¿Por qué pensaste eso? Ella me contestó sin perder un segundo, " muchacho porque se nos quería caer la casa encima, la casa que yo vivía estaba hecha de cartón y rápido que llegó el huracán, se llevó el techo y tuvimos que salir corriendo pa' la escuela de Alto Sano debajo de la tormenta". ¿Entonces se refugiaron en esa escuela? "Si allí ya estaban todo el barrio metido, cuando yo llegué rápido busqué una cama para poner a Santo y a Lucy" ¿La escuela estaba hecha de cemento? "No , era de madera, me acuerdo que el viento era tanto que las paredes se nos pegaban y los hombres tuvieron que aguantarlas pa' que no se nos cayeran, fue algo bien fuerte, pero sobrevivimos ese huracán y nadie en el barrio se nos murió".

El huracán había pasado pero no significó que las cosas iban a ser como antes. Le pregunté qué fue lo primero que hizo cuando el huracán se acabó y salieron de la escuela. Ella se sonrío y me contestó;"pues besar a mis hijos que se me habían salva'o de ese día tan espantoso". Me provocó una sonrisa y continué con la entrevista, ¿y cómo se vio la agricultura? "En casa no se nos dañó mucho porque lo que teníamos eran ñames, batatas y otras viandas, pero la finca del compaí de Papá se le fueron a pique las matas de guineo". ¿Y la casita, como quedó? "Pues Papá levantó las paredes y buscó el techo y la puso pa' tras lo más que pudo" ¿Se perdió algo de importancia? "No, nosotros no teníamos nada así". Tú que tuviste que correr bajo esa lluvia ¿Cómo se sentía? "Había mucha lluvia que nos daba fuerte y el viento era muy caliente, no se sabía si estábamos más mojaos por la lluvia o el sudor, por la calor de ese viento". Le pregunté: ¿cómo se enteraron que venía un huracán?"Pues teníamos un radio de batería y siempre avisaban si íbamos a tener mal tiempo pero ya en el campo nosotros podíamos saber si venia o no una tormenta" ¿Cómo podían saber eso? "Papá me decía que siempre estuviera atenta a los pájaros que estaban por el rio que se escondían o cuando el día estaba muy bonito pero no hacia viento"

Ahora les tocaba reconstruir sus hogares para intentar volver a la normalidad. La miro a los ojos y le pregunto:¿Qué tuvieron que hacer para sobrevivir después del huracán? "Tuvimos que vivir en el refugio un tiempo, pero eso nos ayudó porque compartíamos lo que tuviésemos entre los vecinos. Me acuerdo que don Elurio nos daba unas viandas pa' cocinar y se nos había salvao un puerco que nos sirvió pa' comer" ¿Y el gobierno los ayudó? "Nos dieron el mantengo por un año y después la ayuda mutua". Le pregunté ¿Qué era la ayuda mutua? "Eso era cuando el gobierno pagaba los materiales y entre los vecinos mismos trabajaban unos días en semana pa' levantar las casas otra vez. Papá trabajaba tres días en semana, se hacia un balcón, dos cuartos una sala y cocina" ¿Cuánto se tardaron en recuperarse? "Como un año y pico más o menos". ¿Tenían agua o luz? Ella se rió y me dijo "mijo, nosotros no teníamos agua ni luz antes del huracán, teníamos velas y quinqués pa' alumbrar la quebrá , pa' bañarnos y lavar ropa y una letrina o el monte pa' las otras necesidades del baño" Eso a mí me dejó sin palabras, cosas que para nosotros son tan esenciales, que ahora tomamos como un derecho tener. No hace tanto tiempo atrás, eran un lujo, sólo para la gente adinerada.

Tenía otras cosas que quería preguntar, aprovecharé la próxima comida de Navidad que se acerca, para todo lo que no pude preguntar. Sin embargo, algo es muy aparente , esa época que para nosotros fue tanto tiempo atrás, en realidad, fue el otro día. Pero las diferencias entre ese tiempo y ahora son más que colosales. Ahora un huracán se pasa en tu propia casa sin miedo a que se te vaya a ir volando el techo. Lo peor que puede pasar es que se vaya la luz o el agua, cosa que si se llega a ir nos desesperamos y muchos hasta se exageran como si se fuese acabar el mundo por algo que hace 60 ó 50 años atrás no eran para nada necesarios. Tal vez deberíamos aprender un poco más de nuestros abuelos como, por ejemplo, lo humanitario que se eran con su vecino, que se podían llegar a querer como familia y poder vivir sin estar tan apegado a lo material. En ese entonces, se podían quedar sin nada, lo importante era la salud para salir adelante.

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