¿Qué será de Puerto Rico cuando llegue el temporal?

Entrevista a su abuelita Rosa

Por: Angélica González Soto

Los huracanes son parte importante de la historia de nuestra isla. El 26 de octubre de 2013, aprovechando la visita de mi familia, entrevisté a mi abuelita Rosa, quien a sus 87 años tiene una mente muy lúcida y recuerda varios de los eventos ocurridos en los huracanes San Felipe, San Ciprián y Santa Clara.

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En esos tiempos, que no tenían televisión ni radio, sus papás le contaban que para saber si venía un huracán miraban al cielo y si el día estaba bien claro, caían chubascos haciendo sol o si veían como un “tifón prieto”, refiriéndose a las nubes negras que se cruzaban en el cielo, había temporal. Cuenta que para el huracán San Felipe tenía apenas dos años. Tiene recuerdos fugases de peones que trabajaban en la finca de su casa y como, a las 4 de la tarde de ese día, los metieron a su mamá, a sus hermanos y a ella en la “casa de la máquina”, casa donde se trabajaba solamente con el café. Recuerda las fuertes lluvias y como a diez hombres que intentaban cerrar las puertas de la casa donde se encontraban refugiados, pero no podían por los fuertes vientos. Así que su papá decidió meter a su mamá, sus hermanos y a ella en un tanque en el que lavaban el café. La casa comenzó a llenarse de agua y esta comenzó a filtrarse en el tanque donde se encontraban metidos.

Al día siguiente, cuando amaneció, su papá le contaba que salieron de la casa y estaban los racimos de guineos y los palos de café frente a la casa. Le decía que había unas cosechas de café preciosas y que todo había quedado en el suelo ya que fue un temporal muy fuerte. Su tía le contaba que en su casa la alcantarilla, que en ese momento eran túneles de tubos de concreto, se tapó con toda la basura y el agua comenzó a entrar a la casa y bajo pleno temporal y con un ataque de nervios, su tía sacó a todo el mundo de la casa. Todos tuvieron que irse hacia la casa de Saturnino, su papá. No había luz, se alumbraban con lámparas de gas y faroles. El agua la buscaban en el pozo. Luego del huracán el agua estaba tan turbia que era color tierra y así estaba por varios días.

Para el huracán San Ciprian tenía 6 años y recuerda que hizo un día precioso. A mitad de día y con un sol tremendo cayó un chubasco. Su hermano le contaba que Mr. Salas, quien era el director de la escuela donde estudiaban, le dijo que ese día había temporal con solo mirar el cielo porque se cruzaban los celajes, refiriéndose a las nubes que se cruzaban en el cielo. Ella dice que pasó la mayoría del huracán durmiendo, por lo que no recuerda exactamente todo lo que sucedió. Cuando despertó, ya había pasado el temporal; aún estaba lloviendo y había mucho viento. Veía todo lo que había tumbado la tormenta, no tenían luz ni agua, todas las cosechas se habían perdido. Incluso, había casas alrededor que habían perdido el techo de zinc. Luego de que todo pasaba tenían que seguir sus vidas normales, no había ayudas del gobierno y la agricultura se tardaba un año o más en recuperarse. Su papá le contaba que cuando el huracán San Ciriaco en el año 1899, la casa de la máquina estaba recién hecha y tenían “socos de moralon”, que eran unos palos que le daban soporte a la casa. Cuando hizo el temporal se rompieron todos los socos y como a las 11 o 12 de la madrugada se pusieron a rezar un rosario y de momento la casa dio un “jamaqueón” que todas las mujeres empezaron a gritar y se olvidaron del rosario. Al rato cantó un pitirre, el viento se calmó, su papá abrió la ventana y ya había amanecido. Las personas en aquel momento decían que con aquel temporal el mundo se iba a acabar y que la Virgen había pedido que no se acabara.

Cuando ocurrió el huracán Santa Clara mi abuelita tenía para ese entonces 30 años y estaba embarazada de su cuarto hijo. Prendió la radio a eso de las 3 o 4 de la madrugada y escuchaba cómo decían que no se tenían que preocupar por nada. Pasado unos minutos se tiró una ráfaga de viento con lluvia. Cuando amaneció mi abuelita fue a una casita vieja a buscar unas carnes y cuando iba por la carretera comenzaron a caerse unos ganchos por los fuertes vientos. Llegando a su casa de repente cayó un diluvio y ahí sacaron carrera a casa de la tía Toña. Pasaron el temporal en su balcón ya que era la familia que mejor vivía y que mejor casita tenían. El temporal tumbó todos los robles que estaban a la orilla de la carretera y las vacas paseaban como si nada hubiese pasado. Cuenta que pasó por debajo de unos palos hasta llegar a su casa, a la que gracias a Dios no le había pasado nada. Luego de que pasó todo vio que venía un “truck” lleno de jóvenes. Estos venían cortando los palos que se encontraban en la carretera. Hubo mucho estrago en la agricultura. Mucho daño en el café y matas de guineos. Después del temporal todo lo que se cae no sirve. No fue un temporal muy fuerte ya que en el camino de casa de tía Toña a su casa no vio casas con daños. Fue una tormenta rápida, pero con fuertes lluvias y vientos. Luego de que pasó la tormenta la vida siguió normal. Tuvieron un tiempo de recuperación de entre dos a tres meses. La luz tardó en llegar dos semanas y no tenían agua. ¿Qué ayuda recibieron del gobierno durante estos tres eventos? Ninguna.

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