Voces Entre Vientos

Entrevista al Sr. Inocencio Lugo

Por: Orlando Feliciano Cancel

Decidí hacer mi investigación sobre los huracanes ya que es un tema que la gente habla mucho en Puerto Rico, pero no conocen estos huracanes de principios del siglo 20 y quizás no saben que en el siglo pasado hubo 7 huracanes. Hice mi investigación con la ayuda de una persona muy culta el Señor Inocencio Lugo “CHEN’’ una persona de 90 años de edad con la energía de una de 30. Quedé impresionado de cómo recordaba de lo que había ocurrido en 1928, Don Inocencio fue muy amable respondiendo mis preguntas. Le agradezco a don Inocencio su tiempo y su valiosa información y conocimiento y a mí abuelo Ramón Cancel Batista quien me presentó a don Lugo.

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Así me relato mi entrevistado: ’’Bueno en el huracán San Felipe yo tenía 5 años, eso fue el 13 de septiembre del 1928, recuerdo que una plancha de cinc se quedó incrustada en un poste y permaneció allí unos 20 años, los vientos eran como de unas 160 millas por hora y la lluvia ni te cuento. Mi familia y yo nos refugiamos en lo que la gente conoce como la “casa fantasma” cerca de lo que hoy es la número 2, allí nos refugiamos cerca de 40 a 50 personas. El dueño de la casa era Rafael Igartua y Rosalía Cordero, allí nos refugiamos todas las familias del barrio. Hoy día esa casa es un asilo de ancianos. También recuerdo que comíamos pana con pana ¡jajá! eso era lo que había. Cuando terminó el huracán había un palo de toronjas, y un señor que se llamaba Marcelino Cordero tiraba toronjas al aire para que la gente las cogiera para comer. Recuerdo que gracias a Dios nadie recibió daños, excepto las casas de los vecinos que quedaron destruidas. No teníamos televisión, nos enterábamos que venía un huracán porque la policía pasaba por las casa ádvirtiendo que venía.

Para sobrevivir, luego del huracán, nos ayudamos unos a otros, del gobierno no recibimos ayuda. El San Ciprián fue un poco menos fuerte, yo tenía 9 añitos y me acuerdo que también fue bien difícil echar para delante. Eso fue en septiembre también del 1932. Luz no había, nos alumbrábamos con quinqués con gas queroseno. Me acuerdo que después de usarlo se le “tiznaban” los dedos a uno. Para el agua teníamos cisternas o aljibes. En el Santa Clara yo tenía 33 años, la edad de Cristo. Ese fue el más pasivo de los huracanes, tampoco tuvimos ayuda del gobierno, después de ese pasarían 30 y pico de años para que viniera otro huracán, con Hugo en el 1989 . Pero,el huracán más fuerte que he vivido fue el San Felipe. La agricultura en los tres huracanes se destrozó por completo. Aquí se sembraba tabaco, algodón caña de azúcar y maíz. Yo trabajé recogiendo algodón y cortando caña, ¡en qué yo no trabajé! Aunque era dura la vida en esos tiempos se podía confiar y había respeto y todo el mundo se ayudaba unos a otros. Se podía dormir con la puerta abierta , ¡qué tiempos aquellos!”

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