“Historia Exitosa de la Unión de un Pueblo”
Por: Soraliz Rivera Díaz
Como parte del curso de Historia de Puerto Rico tuve que conseguir información sobre el “Proyecto Vía Verde” o mejor conocido como el Gasoducto. El propósito de este trabajo es conocer más en detalle sobre el tema y las razones de los ciudadanos para oponerse al proyecto. Para obtener la información entrevisté a dos personas que lucharon en contra de la creación del Gasoducto desde distintas áreas geográficas del país: una del centro de la isla y la otra participó desde el área metropolitana. A través de ambas entrevistas vemos como la preocupación mayor era el impacto ambiental que causaría a nuestros ecosistemas. Algunas de las interrogantes que guiaron mis conversaciones con los entrevistados fueron: las personas líderes del movimiento, cuáles fueron sus reclamos, los motivos por los que se unieron a la lucha y los lugares desde dónde se realizaban las manifestaciones.
La primera persona que entrevisté fue la señora Faustina Deyá Díaz, mejor conocida como Tinti, una de las encargadas de Casa Pueblo en Adjuntas. La señora Faustina me indicó que los principales líderes del movimiento en contra del Gasoducto fue Casa Pueblo, el pueblo de Adjuntas y Utuado. La ruta que llevaba la llamada “Vía Verde” era de Peñuelas a San Juan, pasando por los pueblos de Guayanilla, Adjuntas, Utuado, Arecibo, Barceloneta, Manatí, Vega Baja, Vega Alta, Dorado, Toa Baja, Bayamón, Cataño y Guaynabo. Las manifestaciones comenzaron por ciudadanos preocupados por los bosques y acuíferos del área que serían dañados por este proyecto. La señora Faustina recordó que en varios de esos pueblos se celebraban manifestaciones, así como en El Capitolio y hasta en la Casa Blanca en Estados Unidos. Tinti mencionó que los reclamos de la lucha fueron total rechazo al proyecto y la búsqueda de otras fuentes de energía. “Expusimos que este proyecto no representaba una transición energética, sino el reemplazo de un combustible no renovable por otro”. Otra de las preguntas que le formulé a doña Faustina fue sus razones para involucrase en la lucha y me contestó que siempre, desde muy joven participaba de diversos movimientos, luchas y proyectos comunitarios. Además, que “soy nacida y criada en Adjuntas, tengo mucho amor por este pueblo”.
La lucha duró aproximadamente de dos a tres años. “¿Hubo represalias?” “Directamente no, pero sí hubo situaciones difíciles y otras muy tensas”. Un momento difícil o de mucha tensión que me cuenta doña Tinti es que cuando terminó la lucha por el Gasoducto, un legislador les dijo a varias personas del movimiento: “ustedes tienen un caso flojo”. Y uno de los líderes le contestó: “el caso flojo lo tiene usted”. Nos dice que el legislador se quedó “soso”. Otro dato que nos comparte Tinti es que al principio muchas de las personas que iban a Casa Pueblo estaban a favor del proyecto porque les decían que el gasoducto iba a reducir el costo de la electricidad en unos 19¢, pero la comisión científica comprobó que el ahorro sería de 1¢. También salió a la luz que al tiempo habría una posibilidad de que no hubiese gas para hacer funcionar el gasoducto.
Como un proyecto de energía alternativa, Tinti apoya el proyecto de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez llamado “el Posterriqueño”, que nos economizaría 93 millones de dólares de nuestros bolsillos y 100 mil barriles de petróleo al año. A diferencia de los postes tradicionales que tienen una durabilidad de 5 años, el Posterriqueño podría dura hasta 20 años.
La segunda persona que entrevisté fue al señor Omar Orrusti, residente de Rio Piedras y distribuidor del periódico Claridad. Omar me contó que sus reclamos y razones para estar en contra de la construcción del Gasoducto eran que “el Gasoducto no se debía pasar por el medio de la isla, debido al daño ecológico que podía causar, entiendo que hubiese podido ocasionar accidentes que fueran bien insanos para el pueblo de Puerto Rico”. “Como eso es gas me preocupaba que hubiesen fuegos… prácticamente esa fue una de las razones principales por la que muchos no opusimos al Gasoducto”.
Don Omar se unió a la lucha porque entendía que era un reclamo justo, que no se debía exponer al pueblo de Puerto Rico a ese peligro, le preocupaba mucho la pequeñez geográfica de la isla. El señor Orrusti cree que se debía tratar con otras fuentes de energía como la solar, energía eólica o con el agua, cosas que no impliquen combustibles fósiles como gas, petróleo y otros. “¿Hubo represalias?” Omar contestó que en su caso no hubo represalias, “pero en otros lugares como en Adjuntas hubo más tensión”, pues él participó de algunas protestas en la capital; “y no recuerdo si hubo arrestados, pero creo que sí, tengo vago el recuerdo”. Se organizaron marchas en el capitolio y en la Universidad de Puerto Rico.
“La ruta no me afectaba como tal a mí, pero si a mis familiares”. El señor Orrusti recordó que la persona encargada, a la que el gobernador le otorgó el contrato del gasoducto por 8.8 millones, el señor Pedro Ray Chacón, estaba en quiebra. Mencionó que el Gasoducto tenía el respaldo del gobierno, que no es poco, y de los grandes intereses, por eso se temía que el proyecto fuera a concretarse. “Como siempre uno tiene que ser optimista”. Se logró que no se construyera la llamada “Vía Verde”.
Él no duda que pueda surgir nuevamente la idea del gasoducto, “eso sucede por los grandes intereses, de personas multimillonarias que se benefician de los contratos”. Para finalizar, Omar dice que el estudiantado de la Universidad de Puerto Rico siempre ha sido más coherente y, por lo tanto, participa de las manifestaciones en contra del proyecto. También hubo participación de varios profesores, algunos geógrafos que entendían que el gasoducto iba crear un daño ecológico terrible. Además de profesores economistas que planteaban que era un proyecto gigantesco que nos iba hacer mucho daño económicamente. “¿Volvería a participar si volviese a ocurrir una situación con el proyecto “Vía Verde?” El señor Orrusti finaliza diciendo: “Siempre que encuentre el reclamo justo voy apoyar, así sea desde lejos”.