Lucha Contra el Proyecto Vía Verde
Por: Clarian Rodríguez Figueroa

En el año 2010, el gobierno de Puerto Rico a través de la Autoridad de Energía Eléctrica presentó el proyecto Vía Verde. El mismo proponía la construcción de un gasoducto de 92 millas de largo desde el sur de Puerto Rico hasta la costa norte. La presentación de este proyecto generó un gran debate, por un lado el gobierno defendía las ventajas de gas natural en la producción de energía, mientras organizaciones denunciaban los efectos negativos en los recursos naturales y en la población. Para tener un mejor entendimiento de este proyecto y la lucha que se dio para enfrentar al mismo, es necesario conocer los argumentos de quienes se oponían a la construcción del gasoducto. 

La organización Casa Pueblo fue una de las voces que lideraron la oposición al proyecto Vía Verde. Esta organización, un proyecto de autogestión comunitaria fundada en el 1980, tiene el compromiso de proteger los recursos naturales y humanos. El día 2 de diciembre de 2017 entrevisté a Faustina Deyá Díaz, cofundadora de Casa Pueblo, y me contó lo siguiente sobre la lucha contra el gasoducto, “ Una vez se presentó el proyecto Vía Verde en julio del 2010, Casa Pueblo se unió a la lucha contra éste. Específicamente el proyecto requería la construcción de un sistema de tuberías que permitiera la transportación de gas natural desde las instalaciones de la compañía EcoEléctrica, en el municipio de Peñuelas, hasta las plantas generatrices del gobierno en Arecibo, Cataño y San Juan “.

La Sra. Deyá Díaz señala que el proyecto, que requería una inversión de 350 millones, prometía un supuesto ahorro de 19 centavos en el costo del kilovatio por hora. Esta idea agradó al pueblo inicialmente, al vislumbrar una reducción en el costo de electricidad. Este era el argumento principal del gobierno para defender el gasoducto, presentado en el documento "Plan Energético para Reducir el Costo de Electricidad". Algunos sectores como la Camara de Comercio de Puerto Rico apoyaban el proyecto Vía Verde porque tendría un efecto positivo en la actividad económica. En resumen, el gobierno defendía el gasoducto señalando que el gas natural es un combustible más económico, respecto al petróleo, y menos contaminante para el ambiente. El proyecto contemplaba comenzar operaciones y funcionamiento en enero del 2012.

Sin embargo, distintos grupos en el país no tenían claro las bondades de Vía Verde. La portavoz de Casa Pueblo indicó que la organización no pudo evitar quedarse callada tras ver el peligro y daños al ambiente que podría traer Vía Verde. Fue entonces que se crea la Comisión Científica y Técnica de Puerto Rico que se une a la lucha y ayuda a Casa Pueblo a investigar el impacto de este proyecto sin cobrar un centavo. La Comisión tenía entre sus miembros a Arturo Massol Deyá y Alexis Massol González entre otros profesionales. El 15 de octubre del 2010, la Comisión presentó los hallazgos de su investigación. Los mismos señalaban que la construcción del gasoducto podría destruir alrededor de 1,500 cuerdas de bosques, afectando terrenos agrícolas. Además, causaría el desplazamiento de familias de sus hogares.

En la entrevista se destaca que la Comisión Científica logró comprobar que lo que decía el gobierno no era realidad. El supuesto ahorro de 19 centavos en el kilovatio por hora, en realidad sería un centavo. Además, comprobó que no existía la capacidad de almacenamiento instalada en la isla para suplirle al tubo gas necesario. Por lo tanto, Casa Pueblo exigía al Gobierno de Puerto Rico que desistiera de sus planes de construcción y detener el gasto de fondos públicos. El resultado más importante fue demostrar que el proyecto no era viable económicamente ni opcionalmente. 

Los resultados de esta investigación fueron los que permitieron que la gente viera la realidad objetiva del proyecto. El pueblo comenzó a tomar conciencia sobre la situación. No sólo se trataba que el gobierno le mentía en cuanto al ahorro en electricidad, sino del peligro al que se exponían los habitantes de Puerto Rico. Las manifestaciones comenzaron y cada vez se unían más personas, incluyendo grupos ambientalistas, el congresista de origen puertorriqueño Luis Gutierrez y otros. 

La portavoz de Casa Pueblo relató que la lucha contra el gasoducto duró alrededor de tres años. Se llevaron a cabo manifestaciones en Adjuntas, San Juan y Toa Alta. Por ejemplo, el 1 de mayo de 2011 Casa Pueblo convocó una concentración en Adjuntas para decirle no al gasoducto. Alrededor de 30,000 personas bajo aguacero se presentaron a la concentración. Otra de las manifestaciones fue en el Washington D.C., frente a Casa Blanca. Esta manifestación llevada a cabo el 11 de junio de 2011, unió a Casa Pueblo con las organizaciones Sierra Club y Greenpeace, entre otros. En la misma fueron arrestados David Galarza Santa, Alexis Massol González, Carlos-Dread León, Arturo Massol Deyá junto a otros. Un elemento importante en la lucha contra el gasoducto fue la presentación de alternativas al proyecto. Casa Pueblo defendía la alternativa de la energía solar que ha sido documentada por el Recinto Universitario de Mayagüez. 

A pesar de las manifestaciones, Deyá Díaz recordó que el gobierno no quería retirar el proyecto. La lucha contra el gasoducto fue muy difícil, no parecía acabar. Por un lado, el aparato gubernamental estaba a favor del proyecto. Mientras por otro, se buscaba desprestigiar a las organizaciones que se oponían a Vía Verde. Además mencionó las represalias que se tomaban, arrestando a personas por manifestarse. El Gobierno de Puerto Rico mantenía su posición de construir el gasoducto a pesar de la oposición. Según publicará el periódico La Perla del Sur el 11 de octubre de 2011, la Autoridad de Energía Eléctrica iniciaba los procesos de expropiación de terrenos. Esta a pesar de que el gobierno no contaba todavía con los permisos requeridos para inicial el proyecto. 

No obstante, Casa Pueblo se mantenía denunciando que muchas personas estarían en peligro con el gasoducto y cuestionando el gasto de 100 millones por parte del gobierno. Las protestas continuaban, el 12 de febrero de 2012 seis mil personas marcharon en San Juan contra el gasoducto, mientras se llevaba a cabo una demostración simultánea en Nueva York. Se mantenía la objeción a los costos de la inversión aún sabiendo que no había capacidad para mantener el proyecto, y el peligro de daños ambientales irreparables. Sin embargo, la persistencia en los reclamos contra el gasoducto rindieron frutos, cuando el gobierno finalmente desistió del proyecto. Según el periódico El Nuevo Día del 12 de octubre de 2012, el gobierno retiró formalmente la solicitud del permiso del gasoducto ante el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos. Esta acción significó el fin del proyecto de construcción del gasoducto Vía Verde. 

En esta ocasión la sociedad civil, en especial las comunidades y organizaciones ambientales, parecen haber obtenido una victoria importante frenando la construcción del gasoducto. Esto no debe considerarse un desenlace final, ya que no es la primera vez que proyectos descartados son revividos con alguna variación. Sin embargo, es importante destacar el esfuerzo educativo de investigación y resistencia de las distintas organizaciones opuestas a Vía Verde. Entre estos la producción de evidencia científica que demostró la inviabilidad del gasoducto, el impacto a los recursos naturales y la amenaza a la seguridad de las comunidades. Este es un ejemplo de la capacidad que tiene la sociedad puertorriqueña de alcanzar transformaciones en la política pública. Por otro lado, sirve para denunciar la falta de planificación que le cuesta al país recursos económicos. Agradezco la cooperación de Casa Pueblo, en especial a Faustina Deyá Díaz, por la información brindada sobre la lucha contra el gasoducto. 

Continuar