¡Sin Lucha, No hay libertad, No al Gasoducto!
Por: Jorge A. González Llanes

El gasoducto fue un proyecto propuesto por el gobierno de Luis Fortuño. Este se denominó para crear una vía verde para engañar al pueblo, para así darle un toque ambiental y atender la situación energética. La vía verde usaría gas natural a través de un tubo que recorrería desde el suroeste hasta San Juan, así mismo cruzando la Cordillera Central por Utuado llegando a Arecibo. Se pretendía construir a pesar de todo efecto ambiental y social que iba a causar el mismo. Ese proyecto a su vez conllevaba miles de expropiaciones, expropiación es sacar personas del lugar al cual se llama hogar o en el cual se vive, todo por un fin público. Sacaban a las personas de sus hogares para poder ubicar el tubo. El transportar energía a través del tubo es peligroso, por razones como explosiones, liqueos de gas, escapes de gas, entre otros. La construcción tenía un radio de seguridad del cual a simple vista se podía denominar que era como una autopista de diez carriles incluyendo paseo. El radio era enorme para así poder dar mantenimientos por fallas o roturas y en caso de explosiones, hubiesen tenido el mínimo efecto.

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Esto afectaría a comunidades pobres sin mencionar que también al medio ambiente. Digo medio ambiente porque por ejemplo al pasar por Adjuntas y Utuado iba a poner en riesgo a las cuencas hidrográficas las cuales proveen agua a la mayoría del país. El bando del gasoducto de Arecibo se concentró en su mayoría en Arecibo y Utuado gracias a la colindancia. De haber tomado un paso positivo el gasoducto, hubiese puesto en peligro a los humedales en el norte. Por ejemplo, en Arecibo se ubica el Caño Tiburones, el cual es una reserva natural compuesto de mangles y humedales, estos lugares dan hogar a un sin número de especies. Un ejemplo desastroso puede ser así como la carretera diez cogió y partió la zona cálcica por la mitad, pues así hubiesen sido los danos por el gasoducto. Sin mencionar que el tamaño del terreno requerido por el gasoducto era similar al tamaño de la carretera diez.

Carlo Rivera Turner, mi entrevistado, es abogado y, durante el proceso del gasoducto, fue un activista. El licenciado participaba en repartición de boletines, organización de reuniones, letreros de madera por toda la ruta con slogans en contra al gasoducto, propagandas, camisas, pegatinas, murales. Su participación originalmente era para crear conciencia y educar al pueblo sobre el gasoducto y sus efectos. Cuando no era activista, ejercía como abogado defendiendo un sin número de personas entre Utuado y Arecibo, los cuales les habían notificado con cartas de expropiación y a todo aquel al cual se les estuviese violando sus derechos. La lucha contra el gasoducto triunfó ya que se logró detener la construcción de tan nefasto proyecto. El gas natural no es una fuente de energía renovable, el gas natural tiene múltiples efectos negativos ante el medio ambiente. El gas de procesarse se sacaría de debajo de la tierra, por lo cual es proceso se llama extracción o mejor conocido como fracking. El fracking es el proceso de perforación en la tierra antes de que una mezcla de agua a alta presión se dirija a la roca para liberar el gas en el interior. Gracias a esto los acuíferos en distintas partes de Estados Unidos se han contaminado. Burgos, F (2014) afirma: “El fracking se ha vinculado a la contaminación de aguas subterráneas, a un repunte en los terremotos, la exacerbación de la sequía y a las condiciones de una serie de problemas de salud para los seres humanos y para el medio ambiente local”.

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De acuerdo a mi entrevistado, en el área de Arecibo no había líderes, sino que se identificaban más por una práctica democrática. Me dijo: “No dependían de grandes figuras, grandes personalidades o instituciones, sino que intentaban que fuera un movimiento de abajo para los de abajo, con esto me refiero a un movimiento del pueblo para el pueblo. Ellos se apegaban a una democracia obrera en la cual las personas que sufrían por esto eran las que participaban en el movimiento. Hubo portavoces de forma rotativa, pero esto era para cuando la prensa llamaba.” El proclamo mayor según Rivera Turner era: “¡El gasoducto, no va!”. Para una fuente de energía ser renovable sus recursos deben ser infinitos. Turner se unió a la lucha porque el tubo del gasoducto iba a pasar cerca de su propiedad y de otras, estas se iban a ver afectadas. Su conciencia le dictó que se uniera la lucha. La lucha contra el gasoducto duró entre el 2009 al 2011, cuando el gobierno públicamente informó que retiraba el proyecto. Hubo numerosas represalias tales como: hostigamiento para vender propiedades, firmar documentos, amenazas de compañías privadas, entre otras más.

El abogado señaló: “En toda lucha hay represalias, sacrificios, costos. Miguel Báez Soto, decía: “El que se crea que en la lucha no hay costos o sacrificios, se equivoca”. El momento más difícil de la lucha era la incertidumbre de que escalara a mayores escalas los problemas y ver cómo la gente que iba a ser expropiada sufría por la incertidumbre de la posibilidad de ser expropiada. Había manifestaciones pequeñas y regionales y también manifestaciones nacionales. Parte de esas manifestaciones se dieron en la Fortaleza, marchas en Adjuntas, entre otras. En Arecibo se formaron piquetes frente a la autoridad de energía eléctrica, como la misma era la agencia detrás del proyecto. El ideal de las manifestaciones era hacer un trabajo de hormiguita, crear conciencia para así poder reunir personas en contra del gasoducto. Con hormiguita me refiero a que las manifestaciones comenzaban con pocas personas hasta que se convertían en manifestaciones nacionales según se les iban uniendo más personas.”

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