Riesgo a la Vida, a la Salud, a nuestra Isla, a nuestra Patria
Por: Linaira A. Vélez Villanueva

Luego de tantas situaciones y contratiempo por el huracán María, el 3 de diciembre de 2017 temprano en la mañana, me dirigía a Adjuntas a Casa Pueblo como centro de información para poder realizar mi trabajo de historia oral ya que llevaba un mes buscando por todos los medios (Redes sociales, teléfono, conocidos, etc..) a alguien que pudiera entrevistar que fuera participante de las protestas en contra del gasoducto en Puerto Rico. Este proyecto del Gasoducto del Norte se trata de una tubería que está diseñada para transportar gas natural a gran escala y a altas presiones. Por la ruta del gasoducto que cruza la isla completamente, trazando 13 pueblos desde el sur de la Isla hasta culminar en las plantas eléctricas del norte incluyendo zonas propensas a fallas y derrumbes en la construcción de este inflamable y volátil combustible, ponía en peligro a la vida de la ciudadanía puertorriqueña.

foto11

Al llegar a Casa Pueblo pude hablar con la Sra. Faustina Deyá Díaz una de las fundadoras de Casa Pueblo quienes fueron los líderes del movimiento en contra del gasoducto junto con otro grupos y organizaciones. Allí ella me contó un poco de su experiencia durante la lucha en contra del gasoducto. Este proyecto no estaba aprobado por el pueblo y había que defender nuestros cuerpos de agua, los bosques y montañas y la gente de nuestra isla. Esta lucha duró desde el año 2010 al 2012. Muchos de los perjudicados eran personas de edad avanzada. Algunos de ellos no sabían leer o escribir y alguien que les ayudara con los documentos que estaban llegando a sus casas que decían que le estaban comprando su propiedad por una cantidad absurdamente pequeña.

La Sra. Deyá me habló de algunos de los barrios de Adjuntas en especial el barrio Portugués donde tenia un grupo de personas que formaban parte de la protesta porque iban a ser afectados por el gasoducto ya que iba a cruzar por sus fincas y casas. Así que, me dirigí hacia allá para ver si había alguien que me permitiera entrevistarlo. Al llegar allí, hablé con algunos vecinos hasta que encontré a Doña Iris Rodríguez de 72 años y al señor Luis Rodríguez de 65 años quienes son casi vecinos y residentes del barrio Portugués. Allí ellos me contaron sobre su experiencia y sus puntos de vista. Doña Iris y Luis fueron de las primeros en recibir cartas de las compañías que estaban trabajando en el proyecto del gasoducto que cruzaría por sus propiedades.

foto12

“Si había una explosión, ¿qué íbamos a hacer? Nos quedaríamos incomunicados,” dijo doña Iris. Esta era una de sus preocupaciones ya que la isla está en una zona de actividad sísmica. Sea por efecto directo o efectos secundarios como deslizamientos, sismicidad es un riesgo real en la ruta del gasoducto para la totalidad de su alineación. Y esta comunidad no había sido orientada de que trataba el proyecto. “Gracias a Casa Pueblo que nos mostraron videos y nos explicaron de lo estarían construyendo” añadió.

Luis Rodríguez fue uno de los líderes del grupo de la protesta del barrio, junto a Carlos Cabán. Hacía poco que había adquirido su casa y terreno en Adjuntas en el barrio Portugués y le llega la noticia de que su propiedad estaba siendo amenazada por el proyecto de Vía Verde. Al igual que la de su hijo que se encontraba en Kosovo ya que era parte de la milicia de los Estados Unidos.

Luego de que fueron orientados sobre el proyecto el Sr. Rodríguez dijo: “Sabíamos que había beneficios, pero NO queríamos el gasoducto eran más los daños que los beneficios”. Ya sabían de la existencia de otros gasoductos y de los accidentes causados por estos. Algunos de los ejemplos mencionados por doña Iris y Luis fueron las explosiones de gasoductos en California, Texas, Connecticut, Ohio y Virginia. Los daños que estos causaron en estos lugares no tan solo fueron millonarios, sino que cobraron vidas.

De haber sido avalado el proyecto en Puerto Rico y de haber un accidente iba a contaminar nuestras fuentes fluviales, la flora y la Fauna. A lo que el Sr. Rodríguez dijo: “Nosotros lo que queríamos es que dejaran a nuestras montañas quietas”. Estas representaban sus hogares, sus vidas, su trabajo, el sustento de sus familias. y con mucho orgullo, dijo: “Yo amo mi tierra y amo a mi gente.” Añadió: “Luego del trabajo y sacrificio que pasaron nuestros ancestros en la agricultura para llevarla a donde está ahora, no lo iba a permitir independientemente del dinero que me ofrecieran por las propiedades.”

foto13

“Los momentos más difíciles eran cuando nos llegaban las cartas de las compañías diciendo que nos comunicáramos con ellos, que si no lo hacíamos por nuestra voluntad nos iban a llevar a tribunales”, dijo el Sr. Rodríguez, quien conocía sobre situaciones que pasaron personas en otros países que estaban en contra de proyectos similares. De acuerdo con mi entrevistado, gracias a la organización de Casa Pueblo, a su orientación con sus abogados pudieron seguir adelante con su lucha. A su entender, querían dos cosas, o de verdad querían hacer algo bien para Puerto Rico o era un simulacro para poderse llevarse los millones que ganaron con la construcción de gasoducto.

Gracias a la prensa pudieron causar un enorme impacto y no se sentían solos. Hubo muchas manifestaciones. La manifestación que más impacto fue la de Adjuntas. Una de las calles principales de Adjuntas, frente a Casa Pueblo, desde temprano estaba llena de miles de personas. Cientos de personas, caminaron para unirse en una protesta en contra del gasoducto. Llegaron desde todos los rincones de Puerto Rico y hasta de otros países con sillitas, sombrillas y pancartas, caminaron y se dieron cita para unirse en una protesta en contra del gasoducto, del proyecto “Vía Verde”. El fundador de Casa Pueblo, Alexis Massol con su hijo Arturo, presidente de la Comisión Técnica y Científica de la organización ecologista, dirigieron la marcha en Adjuntas.

foto14

El pueblo dijo un gran no al gasoducto propuesto por la administración en ese momento y la AEE. Se vio la clara oposición de muchos sectores comunitarios, profesionales y educativos del país. El proyecto “Vía Verde” exponía a miles de personas en zona de riesgo permanente por sismos, tsunamis, fuegos, inundaciones o deslizamientos. Este estaría pasando por áreas en donde hay escuelas, universidades, áreas residenciales, iglesias, gasolineras, parques de recreo, balnearios, centros comerciales creando un impacto potencial. A los riesgos a la vida de miles de puertorriqueños se añaden evaluaciones que establecieron un impacto negativo en los cuerpos de agua, bosques, especies en peligro de extinción, zona del Karso, agricultura, entre otros. Además, el proyecto era un engaño económico y estaba destinado al fracaso con el paso del huracán María.

Continuar