Lago de Caonillas

Por: MISAEL O. QUIÑONES BÁEZ

En el momento en que se nos asignó este trabajo de investigación me pareció interesante el hecho de ir a entrevistar a una persona que vivió y sufrió la construcción del lago Caonillas. Este lago se encuentra localizado a unas tres millas del municipio de Utuado. La represa fue construida para el 1948 con el propósito de generar energía eléctrica. Este cuerpo de agua cubre un área superficial de 283.3 hectáreas y su capacidad original de almacenaje era de 60 hectómetros cúbicos. Lo suplen las aguas del Río Caonillas, Río Jauca, Río Grande de Jayuya y varias quebradas tributarias. En este lago se puede encontrar buena pesca de lobina, chopas, barbudos y tilapías. La ruta para el lago es saliendo desde Utuado hacia el sureste, por la carretera número 111 y luego la número 140 hacia el norte.  Estos datos los pude corroborar con el señor Ramón E. Vargas.

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Mi entrevistado contaba con algunos 10 ó 12 años de edad cuando  comenzaron a expropiar los terrenos. Señaló:  “Lo que ahora es un inmenso cuerpo de agua antes era nuestro casco urbano por decirlo así.  Aquí se encontraba la iglesia católica, un hospital y la escuela de la comunidad, a la que se le conocía como primer y segundo unidad. Esta escuela contaba con área de descanso para los estudiantes.  También se encontraban inmensas cuerdas de terrenos sembrados de arroz, azúcar, ñame, entre muchos otros comestibles”.  Don Ramón con toda seguridad me dice que no hay vida mejor que la que él vivió  a pesar de que no posee preparación académica, pues solo cuenta con un primer grado. Dijo:  “No aproveché el tiempo en los estudios.  Siempre han existido esos que van a la escuela porque los obligan y yo era uno de ellos.”

El lugar donde residía don Ramón fue uno de los que expropiaron para la construcción de la represa, pero el no recuerda cuanto fue la cantidad de  dinero que le pagaron a su padre.  Lo único que cambió fue el lugar en donde vivían,  porque cuando ocurrió lo de la expropiación, ellos se mudaron con unos familiares.  Directamente don Ramón no trabajó en la construcción de la represa, pero si trabajaba llevándole almuerzo a los que si trabajaban allí.  Este almuerzo costaba tres centavos y siempre le pagaban cinco centavos, con ese dinerito extra a la semana lo juntaba para ayudar con lo que hiciera falta en el hogar.  Buscando una oportunidad y aprovechando sus conocimientos en la siembra y el cultivo Don Ramón decidió mudarse para Ohio en el 1963 y allí sin ningún tipo de preparación académica pero por sus conocimientos logró ser el encargado de cultivo de una empresa muy importante para esa época.  

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