Vi la construcción del Lago Dos Bocas mientras trabaje en ella.

Por: Rocío del Mar Soto Rojas

El señor Surgido Domena Reyes, conocido como don Sule, nació en el pueblo de Arecibo, en el año 1924 y de padres puertorriqueños. Contó sus recuerdos cuando trabajó en la construcción del Lago Dos Bocas. Comenzó a trabajar en la construcción del lago cuando apenas tenía 20 años.  Don Sule obtuvo el trabajo gracias a que él vivía cerca y al ver que los trabajadores dejaban las herramientas tiradas por allí, él fue a hablar con el jefe para decirle que no dejaran las herramientas tiradas, ya que se las podían llevar fácilmente. Don Sule se ofreció a hacer un almacén para las herramientas y el jefe lo aceptó.  Así comenzó a trabajar en la construcción del Lago Dos Bocas.  Al igual que don Sule, sus otros cinco hermanos también fueron parte de la construcción del Lago Dos Bocas.  Don Sule no recuerda con exactitud la fecha en que inició la construcción de la represa del Lago Dos Bocas.

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En el terreno en el cual hicieron el Lago Dos Bocas no habían viviendas, solo habían casas a su alrededor, era una zona boscosa. Don Sule recuerda que solo pasaba el río por allí y en ocasiones cuando el río crecía se  llevó a varias personas, muchas de las cuales jamás fueron encontradas, ya que el río estaba muy bravo. En ese lugar se unían el río Grande de Arecibo, el río de Don Alonso y el de Limón, y todos se conectan en el Lago Dos Bocas. Para la construcción había muchos trabajadores los cuales venían de diferentes pueblos de Puerto Rico y muchos de estos trabajadores tuvieron que comprar casitas en algún sitio cerca de la construcción. Los constructores trabajaban día y noche, de lunes a viernes, a veces tenían que trabajar fines de semana  en la construcción del lago, casi sin poder descansar. Para la construcción de la muralla, don Sule cuenta que primero cavaron una profunda zanja con ayuda de dinamita para poder comenzar a poner las varillas, las cuales eran igual de gordas que un tubo ‘’pvc’’ y estas eran colocadas con una grúa sumamente derechas.  Dentro de esa muralla estaban las turbinas, las cuales eran tres, bien grandes.  Las turbinas eran prendidas cuando el lago crecía y pasaba por encima de las murallas.  Así  era como se generaba energía y se enviaba hacia toda la isla.  Cuando se dañaban o se ensuciaban demasiado las sacaban de donde estaban, dejando un agujero sumamente grande.  Las turbinas eran muy grandes y las enviaban hacia San Juan para poder repararlas y/o limpiarlas para luego regresarlas a la represa y colocarlas en su lugar.  Estas turbinas no solamente las ponían a operar cuando el río crecía, también las ponían a operar cuando el río estaba en su condición normal. Cuando el río estaba en su condición normal solo prendían una o dos turbinas para poder seguir generando energía para la isla.

En el proceso de la construcción de la represa hubo muchos muertos y muchos heridos.  Uno de estos incidentes fue causado por los capataces, cuando les gritaron a los trabajadores para que siguieran órdenes y continuaran con el trabajo.  Aparentemente les gritaron en un sitio totalmente peligroso, se asustaron y tres de ellos cayeron al vacío.

Don Sule, como era buen trabajador no solo trabajó en la construcción de la represa del Lago Dos Bocas, sino también en la represa del Lago Caonillas.  A pesar de todos los incidentes que hubo en la construcción, a don Sule no le ocurrió nada muy grave solo perdió un poco la piel en la pierna con un tubo de concreto, que un carpintero había puesto mal.  Si don Sule no se hubiese echado hacia un lado hubiese perdido la pierna por completo.  Don Sule hizo tan bien su trabajo que el jefe le pidió que escogiera a otros trabajadores para  llevárselos con él a trabajar en el Lago Caonillas.  Don Sule solo llevó cuatro trabajadores de los que seguían órdenes, ya que los que no seguían órdenes eran despedidos.  En una ocasión en la que ponen a don Sule al mando, había un señor que siempre cargaba una soga en sus manos.  Don Sule recuerda que un día se montaron todos los trabajadores en la guagua camino a la construcción.  De pronto se encontraron con una rama de un árbol que les impedía el paso.  El señor, en lugar de utilizar una escalera para cortar la rama, utilizó un pedazo de hierro que ató a la soga.  El pedazo de hierro cayó sobre la guagua y rompió el cristal delantero.  Al llegar a Dos Bocas el jefe preguntó que le había pasado al cristal de la guagua y don Sule le contestó que le preguntara al señor.  El jefe mandó a que el señor pagara el cristal y lo puso a desyerbar el monte para que no olvidara seguir instrucciones.

Al finalizar la construcción de la represa del Lago Dos Bocas comenzaron a poner los postes y cables los cuales eran para transmitir la energía generada por el lago hacia todo Puerto Rico, ya que no había energía eléctrica en la isla.  Los trabajadores tenían que ir a la cima de las montañas y poner dos postes en cada cima y en cada poste trabajaban dos personas.  Para poner estos postes tenían que hacer un hoyo bastante hondo con una pala tipo ‘’digger’’.Luego la cual introducían el poste varios pies dentro del hoyo y echaban cemento, agua y piedras para que el poste pegara.

Don Sule cuenta que fue un trabajo sumamente difícil, riesgoso y que tomó mucho tiempo.  A pesar de todas las complicaciones que don Sule ha tenido con su salud recuerda muchas cosas de esa construcción y de su vida. Mi entrevistado sigue siendo un hombre sumamente trabajador, humilde y fuerte.

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