Desde pequeña siempre me ha gustado que mis abuelas me cuenten historias porque siempre recuerdan muchas leyendas y supersticiones. Me cuenta mi abuela Ana que su familia de parte de madre era muy supersticiosa y le decían que si te barrían los pies te quedabas jamona o que si tenías un bebé, le compraras una manita de azabache ya que contrarrestaban el mal de ojo y había que vestirlo de amarillo la primera vez para la buena suerte. También dicen que si sueñas con dientes, significa la muerte de una persona conocida, si sueñas con boda, es que te van a dejar plantada en el altar. Para que la visita se fuera de la casa, me dijo, se ponía una escoba al revés, en una esquina o detrás de la puerta. Como también me dijo que si matas un gato negro aunque sea sin querer, son siete años de mala suerte. Lo mismo sucede con un espejo. Si se rompe, son siete años de mala suerte. No se podía abrir una sombrilla dentro de la casa ni coger el salero en el aire porque eso es mala suerte.